19 ene 2014

En el ombligo

Que me coma el mundo
pues estoy en su ombligo -me dice-
(Y es verdad aquí no gruñen los perros
cuando uno pasa delante de su puerta).

¡Ah el flash mob que te sorprende
en la estación de Copenague o en la Rambla!
Ir descalzo a la universidad para hablar de modernismo
o de la vía de Nagarjuna
bailar entre burbujas y carbón
nadar en jacuzzis de poliestireno
con los pezones abrazando el día.

Pero yo vengo del ombligo de la luna
donde no falta el espectáculo:
el desfile marcial frente al jardín de niños
la pirotecnia en la alameda a las cuatro de la tarde
y el ballet amortajado que adornaba el puente.

¡Estertores de la calle!
¡Notas graves antes del silencio sin aplauso!
No yo no estoy aquí pero de allá no queda nada

acaso un ladrido sin amo,
o un rechinar de puerta que aún pende de la bisagra.

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